El archiconocido episodio de la Gran Armada y la Contra Armada inglesa es una sólo una parte de la Guerra que enfrentó a la Monarquía de España e Inglaterra por las reiteradas deslealtades y abiertas hostilidades de su reina Isabel. Guerra, dicho sea de paso, hundió a Inglaterra. Pero saber un poco más de sobre ambas flotas nunca está de más…

La colina de Las piedras blancas
En el verano de 1588 España se viste de luto. Cuando la Armada Invencible regresa a casa tras su derrota ante la flota inglesa, violentas tempestades arrojan los barcos contra los acantilados de Irlanda provocando la muerte de miles de soldados.

La Gran Armada
Tras su intento de alcanzar Flandes y recoger allí a los Tercios, sin conseguirlo, la Armada fletada por Felipe II, resolvió retornar a la península bordeando las islas británicas y perdiendo así a numerosas naves.
¿Cuál fue la realidad de la amenaza española a Inglaterra? ¿por qué no consiguió su objetivo? ¿Qué transcendencia tuvo este hecho en la guerra abierta entre Inglaterra y España que se decantó para esta última?
Para dar respuesta a estas preguntas, Geoffrey Parker analiza gran cantidad de información ―no estudiada hasta ahora― procedente de los archivos más importantes de España y Holanda. Esta información se completa con el descubrimiento de los restos de la Armada, tres de cuyos barcos han sido estudiados por el arqueólogo marino, Colin Martin. Esta reconstrucción de La Gran Armada llega a conclusiones inesperadas y destruye algunos mitos vigentes durante mucho tiempo en la historiografía anglosajona. Por encima de todo, se trata de un relato que da vida a uno de los sucesos más apasionantes de la historia mundial.

La Gran Armada y la empresa de Inglaterra
La formidable armada aprestada en Lisboa por órdenes de Felipe II a principios de 1588 parecía destinada a lograr un triunfo de la magnitud de Lepanto, o al menos eso esperaba la Europa católica. Sosegadas las aguas del Mediterráneo con una tregua con el Imperio otomano que se prolongaría en el tiempo, la atención del Rey Prudente se desvió hacia el Atlántico con la revuelta flamenca y la incorporación de Portugal a la Monarquía Hispánica. Inglaterra desde 1558 tenía una reina protestante, Isabel I. La reina Virgen se dedicó durante años, con ahínco, a complicar la vida de la Monarquía de España primero indirectamente y finalmente abiertamente. El plan fraguado por el monarca hispano buscaba deponer a Isabel y devolver a Inglaterra a un catolicismo del que la sacó Isabel. La ambiciosa y compleja planificación y la masiva movilización de hombres, barcos y recursos de toda Europa, no tuvo el premio deseado. Sin embargo, lejos del fracaso decisivo con el que tradicionalmente se asoció la Gran Armada, fue el inicio de una pugna por el dominio de los océanos que llevaría a España a un desarrollo naval sin precedentes. Y a Inglaterra a un hondo agujero durante décadas…


Playa Honda
Filipinas, 1610 El gobernador Juan de Silva se enfrenta a una invasión a manos de marinos holandeses que se dedican a hostigar las rutas comerciales españolas, provocando una situación límite. El auge de estos piratas, miembros de una cada vez más poderosa Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, supone un peligro inasumible que De Silva debe cortar de raíz. Carente casi por completo de poder militar a su disposición y con una flota más propia de un desguace que de una armada considerada invencible, el único recurso disponible para el militar español es el ingenio. Playa Honda es una batalla irrepetible, un hito histórico que demuestra una verdad tan popular como universal: más vale maña que fuerza.

El Náufrago
La épica historia de un náufrago de la Gran Armada. A finales del siglo XVI España emprende una ambiciosa campaña naval contra Inglaterra, englobada en la primera guerra global (entre España e Inglaterra por tierra y mar). Una guerra que le costó a Inglaterra quedar fuera de la escena internacional durante mas de 20 años por enfrentarse de manera directa contra España.
Entre espías, monarcas, jefes militares, consejeros y rebeldes irlandeses, en un desfile histórico en el que aparecerán todos los personajes y las intrigas de la alta política del momento, comprenderemos la razón de ser de la Gran Armada. Y así llegaremos hasta el capitán Francisco de Cuéllar y su extraordinaria aventura. Tras el naufragio de su barco, destrozado por los vientos y el oleaje contra la costa irlandesa en el otoño de 1588, emprendió una marcha en solitario por el interior de Irlanda. Fue un intento desesperado para escapar de la muerte segura que le esperaba si era capturado, como ocurrió con otros muchos náufragos españoles de la expedición, asesinados y desvalijados en cuanto pisaron tierra firme.

Invencibles
Los ingleses han vendido la derrota de la Gran Armada en el Canal de la Mancha como un gran éxito. En realidad fue una victoria británica en el contexto de una guerra que duró 16 años y ganó España dejando a Inglaterra fuera del escenario internacional durante más de veinte años.
Un año después, en 1589, los españoles infligieron a sus rivales en La Coruña y Lisboa una derrota aún mayor que la padecida por la Gran Armada: 190 barcos tenía la suya en 1589 por 130 la nuestra en 1588. La Contra-Armada inglesa volvió a casa con 102 (igual que la nuestra)
En ese contexto sitúa el autor las aventuras de Santiago Guriezo, personaje ficticio rodeado de personajes históricos, sobre todo Alonso de Leyva, el segundo de la Gran Armada.
Una apasionante y entretenidísima trama da a conocer, perfectamente documentada, la verdadera historia de aquellos años de batallas.

La Cofradía de la Armada Invencible
En la primavera de 1588 la Gran Armada está lista para invadir Inglaterra. Europa permanece en vilo ante el plan maestro de Felipe II. Una poderosa flota se prepara para zarpar de Lisboa, recoger en Flandes a los Tercios, cruzar el canal de la Mancha, desembarcar en la costa inglesa y echar a Isabel del trono. Aunque la campaña se presume rápida, en El Escorial se organiza meticulosamente un plan paralelo que debe ayudar al éxito de la empresa. Por orden de Felipe II, se encomienda a una Cofradía de Cartagena una misión secreta: Dirigirse hacia Lisboa para unirse a la Gran Armada, navegar hasta Irlanda, alzar en armas a los católicos irlandeses y expulsar a los soldados ingleses que los oprimen de la isla. Los cofrades afrontan la aventura con el convencimiento de que harán historia, pero, durante la travesía, se producen ciertas muertes repentinas y misteriosas. El destino de la conocida la Gran Armada y el de los cofrades quedará unido. Sólo queda saber si será fatal para todos…

La Invencible y su Leyenda Negra
En esta nueva obra, el autor ha reflejado varios años de investigación propia sobre las tácticas, capacidades y personal de ambos contendientes en la que se demuestra de manera fehaciente que la Armada no fue derrotada, que sus navíos eran marineros y preparados para la guerra naval, que estaban acostumbrados a navegar en formación compacta, que sus tácticas artilleras eran distintas que las inglesas pero no peores y que sus marinos estaban curtidos en numerosas singladuras atlánticas y que en definitiva, el dominio de las rutas oceánicas por España se mantuvo por más de un siglo después.

Contra Armada
Englobada en la guerra que enfrentaban a España e Inglaterra se suceden dos hechos clave, sobre todo para uno de los contendientes.
Durante el año transcurrido desde julio de 1588, cuando zarpa de España la Gran Armada y julio de 1589, cuando arriban a Inglaterra los restos de su réplica inglesa, la desconocida Contra Armada, se van a consumar dos de las mayores catástrofes navales de la historia. A la primera de ellas se ha dedicado una enorme atención. A la segunda, ninguna. Este libro presenta en toda su magnitud un acontecimiento celosamente ocultado durante más de cuatro siglos por los anglosajones.
Y dicho esto, España rehizo rápidamente su flota, pero ¿Inglaterra? ¿Qué le pasó a Inglaterra?


La Contraarmada
La reina Elizabeth, rabiosa por el envío de la Armada que Felipe II había enviado a invadir su reino en el año 1588, quiso vengarse enviando al año siguiente otra armada a las costas españolas. La Historia la llamó LA CONTRAARMADA. La idea era aprovechar la ocasión surgida por el episodio de la Gran Armada y destruir los barcos que estaban siendo reparados en los astilleros del norte: Pasajes, San Sebastián, Santander, Santoña y La Coruña. No solo eso, el plan era tremendamente ambicioso porque tenía tres objetivos, a priori, alcanzables. Pero…