Descripción
La Invencible y su Leyenda Negra, del fracaso inglés en la derrota de la Armada Española
Antonio Luis Gómez Beltrán
Nº de páginas:704
Editorial:ARIN 2013 EDICIONES S.L.
Encuadernación:Sin formato definido
ISBN:9788494203206
34,20 €
En esta nueva obra, el autor ha reflejado varios años de investigación propia sobre las tácticas, capacidades y personal de ambos contendientes en la que se demuestra de manera fehaciente que la Armada no fue derrotada, que sus navíos eran marineros y preparados para la guerra naval, que estaban acostumbrados a navegar en formación compacta, que sus tácticas artilleras eran distintas que las inglesas pero no peores y que sus marinos estaban curtidos en numerosas singladuras atlánticas y que en definitiva, el dominio de las rutas oceánicas por España se mantuvo por más de un siglo después.
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La Invencible y su Leyenda Negra, del fracaso inglés en la derrota de la Armada Española
Antonio Luis Gómez Beltrán
Nº de páginas:704
Editorial:ARIN 2013 EDICIONES S.L.
Encuadernación:Sin formato definido
ISBN:9788494203206
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En la primavera de 1588 la Gran Armada está lista para invadir Inglaterra. Europa permanece en vilo ante el plan maestro de Felipe II. Una poderosa flota se prepara para zarpar de Lisboa, recoger en Flandes a los Tercios, cruzar el canal de la Mancha, desembarcar en la costa inglesa y echar a Isabel del trono. Aunque la campaña se presume rápida, en El Escorial se organiza meticulosamente un plan paralelo que debe ayudar al éxito de la empresa. Por orden de Felipe II, se encomienda a una Cofradía de Cartagena una misión secreta: Dirigirse hacia Lisboa para unirse a la Gran Armada, navegar hasta Irlanda, alzar en armas a los católicos irlandeses y expulsar a los soldados ingleses que los oprimen de la isla. Los cofrades afrontan la aventura con el convencimiento de que harán historia, pero, durante la travesía, se producen ciertas muertes repentinas y misteriosas. El destino de la conocida la Gran Armada y el de los cofrades quedará unido. Sólo queda saber si será fatal para todos…
Durante más de tres siglos, el Ejército y la Armada de España mantuvieron una ardua lucha contra unos enemigos audaces e irreductibles, los moros de Filipinas, concentrados principalmente en las islas de Mindanao y de Joló. Fue una guerra despiadada, durante la cual, hasta sus últimas etapas, ni se concedía ni se recibía cuartel. El escenario fueron mares inclementes y traidores, sembrados de arrecifes coralinos y de bancos de arena, en los que la simple navegación ya era una hazaña, más aún cuando estaban infestados de embarcaciones hostiles, cargadas de tripulaciones dispuestas, en caso preciso, a luchar hasta la muerte. Se combatió también en junglas impenetrables, bajo un sol abrasador, sembradas de trampas y ricas en enfermedades letales, que diezmaban a las tropas con más saña que los krises y las balas. Normalmente, el colofón de los enfrentamientos era el ataque a cottas o fuertes, erizadas de lantacas y de fanáticos defensores, casi invulnerables a la artillería, con el asalto a pecho descubierto como única táctica posible, trepando por escalas o agarrándose a las anfractuosidades, bajo una lluvia de proyectiles, para llegar al ansiado, y a la vez, temido cuerpo a cuerpo. El prestigioso historiador Julio Albi de la Cuesta, autor de clásicos como De Pavía a Rocroi, Banderas olvidadas o ¡Españoles, a Marruecos!, nos presenta la primera historia completa de una guerra secular y encarnizada que solo halló el fin con la invasión estadounidense del archipiélago. Ni españoles ni moros, como dignos enemigos, realmente llegaron a envainar las espadas. Así, inconciliables adversarios llegaron a compartir rival, un broche paradójico, pero, de alguna manera, apropiado para tan larga y empeñada lid.
¿Cómo pudieron Pizarro, Almagro y poco más de un centenar de hombres someter al Estado más poderoso y mejor organizado de América, capaz de poner en pie de guerra a millares de guerreros, y que había conquistado uno tras otro, implacablemente, a sus vecinos? En Plata y sangre. La conquista del Imperio inca y las guerras civiles del Perú, Antonio Espino, catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona, responde a la cuestión con brillantez, en una narración vibrante que aúna el descubrimiento de un mundo ignoto con el análisis de cómo las innovaciones militares que se estaban desarrollando en Europa se adaptaron al nuevo continente.
Los seres humanos, desde tiempos remotos, se han abierto paso por la Historia espada en mano. La espada proporcionó poder y fue símbolo de poder.
Seguramente no resulta exagerado decir que todos los pueblos del mundo han utilizado espadas o armas blancas similares. Hay muchas clases de ellas, de diferentes formas, materiales y estilos, tanto en la realidad (fruto de diversos métodos de forja) como en la ficción (fruto de diversos modos de imaginación), y de todo ello se da buena cuenta en estas páginas.
Este utensilio/arma, de origen prehistórico, no ha pasado de moda —si bien su uso e importancia no han sido siempre igual— y mantiene su enorme potencia simbólica, tanto de poder económico o social como de otros diversos valores (valentía, fuerza, lealtad, honor…). Son tantas las espadas famosas por sus acciones, reales o legendarias, que el concepto espada está incardinado en el imaginario colec¬tivo como una presencia de extraordinaria fuerza, como algo má¬gico. La espada (falcata, gladius, Excálibur, Durandal, flamígera, jineta, morisca, Colada, Tizona, montante, estoque, sable, cimitarra, katana, Ropera de taza, de lazo o de cazoleta…) es historia, mito, poder, símbolo.
Y entre todas las espadas de acero, una de las más famosas y más prestigiadas fue la toledana, que alcanzó sus momentos de mayor éxito en las edades Media y Moderna.
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