Descripción
Altura Máxima: 15cm / Diámetro: 10cm / Grosor: 10mm
95,00 €
Este instrumento es reproducción del llamado astrolabio náutico de “Valencia”, por la isla de Irlanda donde fue encontrado, y perteneció a la Armada de Felipe II (s. XVI). Se encuentra en el National Maritime Museum de Greenwich y la réplica utilizada se encuentra en el Museo Naval de Madrid.
El astrolabio náutico es la simplificación del astrolabio planisferico o astronómico, y su fin primordial era el cálculo de la Latitud, observando la altura del sol u otros astros como la Estrella Polar.
Altura Máxima: 15cm / Diámetro: 10cm / Grosor: 10mm
Peso | 0,3 kg |
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El pito o chifle de contramaestre remonta a la época de la marina a vela. Conforme las naves aumentaban su porte y su aparejo, el pito fue el único método alternativo a la voz para dar órdenes a la gente, puesto que en los momentos de peligro, particularmente en temporales, los hombres podían ser avisados oyendo altos tonos de pitidos y reaccionar sin demora. Una orden gritada a la voz no era oída o entendida sobre el sonido del viento silbante en la jarcia, el ruido producido por el mar, la altura de las vergas, las esloras de las naves. Las múltiples órdenes para velas, la jarcia de labor y gente de la maniobra fueron expresadas con diferentes toques, compuestos por golpes, notas y modulaciones transmitidas al pito, hecho habitualmente de plata, por los contramaestres, llamados “oficiales de pito”, que eran los encargados de aparejo, velas y maniobras.
Composiciones literarias españolas del siglo XVI acerca de la vida en las galeras incluyen versos como estos:
“En casa donde se trata
De continuo desplacer,
Y un silbatillo de plata
Sólo en oírle relata
Todo lo que se ha de hacer”
Aunque se le conoce como Anillo Astronómico (Annulus Astronomicus), el nombre completo de este instrumento utilizado para saber la hora solar y realizar otras mediciones astronómicas, es Anillo Equinoccial Universal. Su principio es el del Cuadrante Solar Ecuatorial de tipo universal.
Existieron varios tipos de anillos astronómicos, los de mayor tamaño podían señalar la hora al minuto y fueron por mucho tiempo la única manera de saber si los relojes mecánicos funcionaban adecuadamente, sin tener que recurrir a un observatorio astronómico. En esta versión de tamaño reducido la Latitud es fija (40,4º).
Alto: 130mm
Diámetro: 45mm
Grosor: 4mm
Hollywood miente. Es hora de decirlo a las claras. Las fuerzas de la naturaleza y el inmenso y oscuro mar, más que los piratas o los buques de las naciones con los que se mantenían conflictos, fueron los auténticos enemigos de los barcos cargados de tesoros que cubrían la Carrera de Indias, la extraordinaria ruta marítima que unía los territorios de la Monarquía hispánica a través del océano Atlántico.
El 1493 regresó a la Península la expedición capitaneada por Cristóbal Colón, que anunció el descubrimiento de nuevas islas hacia las Indias. La expansión española en ese nuevo mundo fue rápida. A finales del siglo XVI, transcurridos apenas cien años, las florecientes ciudades de México, Lima y Potosí, a la sombra de ricas minas de metales preciosos, tenían más habitantes que las más grandes de Europa.
Desde 1561 y hasta 1748, para llevar suministros a los colonos y luego llenar las bodegas de plata, oro y ricas mercancías de regreso a España, cruzaron los mares dos flotas anuales. Eran barcos del rey, llenos de riquezas de la Corona y de particulares, por lo que su pérdida era una cuestión de Estado. Lo cierto es que, pese a su número, durante dos siglos y medio, no se perdieron demasiados. Éste es el relato de su épico viaje.
Este reloj vertical de finales del siglo XVI, es una pieza muy particular: en una cara tiene una efigie del Rey Felipe II de España y en la otra el reloj de sol. La pieza original, realizada en bronce, se encuentra en el British Museum de Londres.
British Museum de Londres
Entre los s. XVI y XVII existió un estrecho vínculo entre España y los Países Bajos signado por la mutua influencia y el elevado nivel de cooperación que se produjo entre sus científicos. Para reforzar el Imperio Español, Felipe II no dudó en patrocinar diversos estudios sobre astronomía, cartografía y astronomía náutica en la reputada Universidad de Lovaina (Bruselas, Países Bajos, Monarquía Hispánica), y allí nacieron algunos de los instrumentos científicos más precisos y hermosos.
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