Descripción
Barracuda 1. Esclavos
Autores: Jean Dufaux, Jérémy
Colección: CÓMIC EUROPEO
Serie: BARRACUDA
Formato: Cartoné
Tamaño: 23,5 x 31
Páginas: 56 Color
ISBN: 978-84-679-0724-7
13,00 €
UNA HISTORIA DE PIRATAS EN TIERRA LLENA DE ACCIÓN, AVENTURA Y TRAICIONES.
Después del abordaje de su barco por parte de los piratas del Barracuda, doña Emilia Sánchez de Escuebo, heredera del diamante Kashar, su hija y su criado son vendidos como esclavos en la isla de Puerto Blanco. Su única posibilidad de salvación es recuperar el valioso diamante, que ha sido enterrado en una isla remota con el difunto marido de Emilia, antes que la tripulación del Barracuda.
Jean Dufaux (guionista de Djinn y Rapaces) se alía esta vez con el debutante Jérémy para ofrecernos las aventuras de una tripulación pirata y sus víctimas en una pequeña isla sin ley.
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Barracuda 1. Esclavos
Autores: Jean Dufaux, Jérémy
Colección: CÓMIC EUROPEO
Serie: BARRACUDA
Formato: Cartoné
Tamaño: 23,5 x 31
Páginas: 56 Color
ISBN: 978-84-679-0724-7
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El Gran Norte recoge buena parte de lo que hoy conocemos como el Oeste americano: Un lugar donde las abruptas cadenas montañosas se alternan con altiplanos desérticos de magnitud inabarcables formando la frontera norte del vasto Imperio Español en América: Una territorio que durante el siglo XVIII era todavía “Terra Incognita”.
El territorio que Bernardo de Miera y Pacheco y sus compañeros de expedición recorrieron durante meses para explorar y cartografiar. Fue una existencia llena de peligros, de aventuras en las que no pocas veces estuvieron a punto de perecer.
Miera, cántabro él, es una de las figuras más polifacéticas y fascinantes de la América hispánica en el siglo XVIII. Fue un prolífico artista, que pintó y esculpió altares que hoy adornan iglesias y misiones virreinales del actual estado de Nuevo México. También fue ingeniero y capitán de milicias en varias campañas contra los comanches (que atacaban a otras tribus y a los propios españoles), como la que sostuvo el gobernador Anza con el temible jefe de guerra Cuerno Verde.
Explorador y cartógrafo sobresaliente, dibujó con trazo firme los mapas más relevantes y precisos del Gran Norte en la segunda mitad del siglo XVIII (mapas tremendamente útiles que luego utiizaron los estadounidenses). Fue comerciante, minero (sin suerte), recaudador de deudas y, en sus horas bajas, deudor. Alcalde mayor, ranchero y artesano ducho en el metal, la piedra y la madera.
En los últimos años de vida, don Bernardo sirvió como soldado distinguido en el presidio de Santa Fe, la villa más septentrional del Imperio Español en América, una zona fronteriza, remota y peligrosa, sometida al acoso constante de los belicosos apaches y comanches.
“Forjado en la frontera” nos asoma, a través de la extraordinaria vida de este cántabro originario del valle de Carriedo, a la profunda huella hispánica que quedó en la América del siglo XVIII, en un territorio de frontera que se convirtió en el rico crisol que es actualmente el septentrión novohispano.
Tras la toma a la fuerza de Brielle y Flesinga por los Mendigos del Mar en abril de 1572, la presión de los secuaces de Orange continua por otras poblaciones (Luis de Nassau con mercenarios franceses ataca por el sur en Mons). El gobernador de Haarlem presiona a la milicia de la ciudad para pasarse al bando de Guillermo de Orange, sustituyendo a la fuerza a la administración de la ciudad por personajes afines a Guillermo. La población poca opción tuvo más que sufrir el asedio que leales y rebeldes mantuvieron en esa ciudad.
Entre los veinte textos españoles con los que la UNESCO inauguró la Biblioteca Digital Mundial se encuentra la Pragmática sobre los diez días del año. Documento firmado Felipe II ordenando la reforma del calendario en todos sus reinos. Esta pragmática siguió a la bula Inter Gravissimas, expedida el 24 de febrero de 1582 por el papa Gregorio XIII que pedía dicho cambio sobre la cristiandad, aunque al ser una propuesta de ámbito civil la decisión era en realidad de cada uno de los países. De ahí la importancia que Felipe II la rubricara. Claro que, tiene trampa, ya que Felipe II fue uno de sus impulsores más interesados. Ese cambio sustituyó el calendario juliano por el gregoriano que es el actual y que funciona muy bien.
El cometido de este libro es el estudio y publicación de los proyectos elaborados a tal fin por la Universidad de Salamanca a lo largo del siglo XVI, uno redactado en el año 1515 y otro en 1578: La primera y más importante de las conclusiones a las que se llega es que la Universidad de Salamanca inventó en 1515 un procedimiento matemático que permitía enlazar en un cómputo convergente el distinto ritmo del Sol y de la Luna; y que lo hizo de forma absolutamente exitosa (descubrimiento que hasta el día de hoy se había atribuido a Luigi Lilio). Este es un logro relevante para la ciencia e historiográficamente desconocido, que demuestra, una vez más, la excepcionalidad de los conocimientos matemáticos y astronómicos existentes en el seno de la Universidad de Salamanca en torno a esas fechas.
La conquista de México ha sido difundida como un conflicto que empezó con el desembarco de Hernán Cortés en la costa de Veracruz y terminó con la toma de México Tenochtitlán. Pero la conquista fue mucho más que eso.
Cuando cayó la ciudad los españoles apenas habían dado sus primeros pasos en Mesoamérica. Cientos de pueblos o señoríos, desde Michoacán y Jalisco hasta Chiapas y Yucatán, reaccionaron con la llegada de los españoles: Unos, oprimidos y asediados por el Imperio Mexica, pensaron que los recién llegados les brindaban una oportunidad para darle la vuelta a la situación. Otros rechazaron por la fuerza la llegada de aquellos hombres extraños. Todos recelaron. Más no todo fueron batallas. El proceso duró varios años y fue muy complejo. Se vivieron cambios profundos pero también hubo continuaciones y asimilaciones muy significativas.
La llegada de los españoles, las alianzas y primeras batallas, la toma de Tenochtitlan, son sólo el inicio de ese proceso. La irrupción de los primeros pobladores, la llegada de los frailes evangelizadores, la llegada de nueva tecnología y el intercambio de alimentos completan esta parte fundamental de la historia de España y México que dio inicio al mestizaje de culturas y razas que, siglos después, se sigue desarrollando.
Sobre la Leyenda Negra trata de analizar, cuestión a cuestión, cada uno de los hitos y temas que conforman no sólo un género historiográfico construido a partir de dicho rótulo, sino también un prisma a través del cual se reconstruye negativamente la Historia de España dando como fruto una ideología de indudables repercusiones en el presente de la nación española. El resultado de este análisis no es una leyenda rosa de signo contrario pero igualmente legendaria, sino un retrato, el de la identidad histórica de España, que permanece deformado por la transformación caricaturesca que sobre la misma produce la Leyenda Negra. Este libro permite así obtener una imagen de España más ajustada a la realidad histórica. Una realidad histórica que resulta ser, a la postre, bastante más favorable a España de lo que muchos piensan.
“La biblioteca del capitán” es una novela de aventuras basada en la expedición de Alejandro Malaspina, financiada por la Corona española en el siglo XVIII. En ella se relatan las peripecias de navegantes tan importantes para la Historia naval como Cayetano Valdés, Felipe Bauzá o Alcalá Galiano, entre otros.
Dos corbetas comienzan un viaje extraordinario en el puerto de Cádiz una mañana de Julio de 1789. Serán cinco años de navegación por el mundo durante los que se les dará nombre a lugares remotos que no figuraban ni en mapas ni cartas. Superarán pavorosas tormentas que pondrán a prueba la voluntad de los hombres y la resisitencia de las naves. Pero también es un viaje en el que un hombre aparentemente insignificante, criado de los oficiales, hace realidad su sueño. Malaspina y sus expedicionarios están a la altura de los grandes. En esta novela se les rinde homenaje a todos
UNA NUEVA ENTREGA DE ESTA TREPIDANTE SERIE DE PIRATAS
La relación secreta entre María y Raffy se ha descubierto, alborotando a todo Puerto Blanco, empezando por Ferrango. Pero cuando el jaleo parece llegar a su punto más álgido, un sorprendente acontecimiento interrumpe la escena. Nuevos peligros, nuevos bandos en los que pelear sable en mano en un mundo donde la piedad ya no es una opción para nadie.
Cuarta entrega de la saga de piratas caribeños escrita por el veterano Jean Dufaux (Djinn, Rapaces), acompañado del magnífico arte de Jérémy, que recoge lo mejor del género. Una serie de piratas que convencerá tanto a los que disfrutaban con las aventuras de Errol Flynn como a los seguidores de la saga de Piratas del caribe.
El ingenio de Blasco de Garay, Ricardo Hernández Molina Editores: [Cadiz] : Servicio de Publicaciones, Universidad de Cadiz, 1996 Año de publicación: 1996 País: España Idioma: español ISBN: 84-7786-365-2 Otros catálogos
El principio del siglo XVIII, a la muerte de Carlos II sin descendencia, inicia su andadura con el enfrentamiento entre Austrias y Borbones por la corona hispana que divide la propia España (con su Imperio intacto) y el resto de Europa haciendo estallar lo que se llamó la “Guerra de sucesión española”. En el año 1705 una parte de Cataluña (junto con buena parte del resto de la Corona de Aragón) se levanta a favor del archiduque Carlos de Austria, aún cuando había jurado fidelidad en la propia Barcelona a Felipe D’Anjou, el pretendiente borbón. La muerte del hermano del pretendiente Carlos, que cambia todo el escenario geopolítico, y los intereses de las otras potencias acabarán provocando el abandono de los catalanes por parte de sus aliados cuando ya la guerra se decantaba hacia el bando borbón. La misma ciudad, Barcelona, es protagonista de los últimos envites de aquella guerra.
Después de un asedio de más de un año sobre Barcelona, el once de Septiembre de 1714, el ejército borbónico inicia el asalto final a la ciduad. Más de cuarenta mil soldados acometen las murallas de la ciudad defendidas por poco más de seis mil combatientes dispuestos a defender su ciudad de manera heroica y hasta el último aliento.
Blas de Lezo, el almirante, cojo, manco y tuerto que logró una victoria determinante sobre los ingleses en Cartagena de Indias, alcanzó las cimas del escalafón de la Armada a una edad tan temprana que puede que no hayan existido casos semejantes en la dilatada historia de la institución naval española.
Lezo se vio obligado a ejercer el mando de buques y agrupaciones navales en los escenarios bélicos más difíciles de imaginar y en circunstancias, casi siempre combates al cañón, que no permitían dudar ni hacer concesiones que pudieran ser aprovechadas por esos zorros de los mares que han sido siempre los marinos ingleses. Más allá de su larga lista de virtudes como hombre y como marino, y también con sus imperfecciones, que las tuvo como cualquier ser humano, la figura de Blas de Lezo se identifica con la de un líder militar extraordinariamente heroico y con la de un entrañable ser humano que a los españoles no debería movernos a otro sentimiento que el de un enorme y sanísimo orgullo.
Las heridas y mutilaciones recibidas por nuestro personaje en la batalla naval de Vélez-Málaga, en la defensa del castillo de Santa Catalina, en Tolón, y durante el asalto a Barcelona en 1714, a consecuencia de las cuales quedó cojo, tuerto y manco, son completamente veraces. Con cada parte de su cuerpo que se fue dejando en los combates en los que participó, ganó un pequeño trozo de gloria para España.
Gracias a la defensa de Blas de Lezo en Cartagena de Indias, Inglaterra se vió abocada otra vez a ver cómo su último intento por asentarse en la América Española era un rotundo fracaso.
¿Cómo pudieron Pizarro, Almagro y poco más de un centenar de hombres someter al Estado más poderoso y mejor organizado de América, capaz de poner en pie de guerra a millares de guerreros, y que había conquistado uno tras otro, implacablemente, a sus vecinos? En Plata y sangre. La conquista del Imperio inca y las guerras civiles del Perú, Antonio Espino, catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona, responde a la cuestión con brillantez, en una narración vibrante que aúna el descubrimiento de un mundo ignoto con el análisis de cómo las innovaciones militares que se estaban desarrollando en Europa se adaptaron al nuevo continente.
Existe una figura ambigua, a medio camino entre lo militar y lo civil, que no se terminó de definir hasta hace poco: el ingeniero. Este libro es una exploración fascinante de su papel central en la forja del Imperio español. También es una celebración de la curiosidad humana, del ingenio y de la sorprendente capacidad de adaptación de unos profesionales que no se limitaron a trasladar los postulados europeos, sino que se empaparon de los nuevos espacios hallados en ultramar y los admiraron.
La formación de un imperio requiere una reestructuración del paisaje con fines administrativos así como la vinculación de comunidades dispares en una sola entidad política por medio de infraestructuras. En el Imperio español, que se fijó en el romano como modelo, los ingenieros dirigieron obras públicas clave para lograr eficacia económica e integración social y cultural, pues facilitaban las comunicaciones y la salubridad y proporcionaban lo necesario para la defensa. Además, tuvieron que trabajar en un territorio extraordinariamente grande, con fronteras indefendibles y rutas vulnerables, o con recursos distribuidos de manera muy dispersa. Además, lo hicieron en un contexto de escasez financiera debida a las crisis económicas y las guerras dinásticas imperiales, dentro de un proceso de expansión tan agotador como asombroso.
Felipe Fernández-Armesto y Manuel Lucena Giraldo exploran la actividad de los ingenieros a partir de un sinfín de atractivas historias, siempre bien contadas, y ofrecen una visión muy singular de la construcción del Imperio español, con sus virtudes y extraordinarios logros.
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