Descripción
Castelnuovo, 1539.
Cómic. Histórico.
Código: ART27418
Código EAN: 9788409068425
Editorial: Cascaborra Ediciones
Formato: Cartoné. 62 págs.
Color. En castellano.
Autor: Daniel Torrado
15,00 €
Castelnuovo, 1539
En 1545 llega una goleta al puerto de Mesina. Lleva navegando semanas por el Mediterráneo. Son prisioneros fugados de una prisión de Estambul. En ella viajan varios supervivientes del tercio de Sarmiento, el que seis años antes defendió hasta las últimas consecuencias la plaza de Castelnuovo. Andrés, un soldado del tercio, nos contará cómo se disolvió la Santa Liga y cómo fueron abandonados a su suerte en una fortaleza rodeada por tropas otomanas, comandadas por Barbarroja que, aprovechando la situación, decide recuperarala. La relación de fuerzas es de 4000 soldados españoles por unos 64 000 otomanos, así que, sin ayuda del exterior, la única decisión es rendir la plaza o morir. Dicho de otro modo, la única opción era morir.
Castelnuovo, 1539.
Cómic. Histórico.
Código: ART27418
Código EAN: 9788409068425
Editorial: Cascaborra Ediciones
Formato: Cartoné. 62 págs.
Color. En castellano.
Autor: Daniel Torrado
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Juanelo Turriano o Janello Torriani, nace en Cremona, en la época en la que el Milanesado que pertenecía a la Monarquía de España. Llegó a España en el año 1556 llamado por Carlos I, y ya como Juanelo Turriano, fue nombrado Relojero de Corte y construyó para este rey dos famosos relojes astronómicos, el Mocrocosmo y el Cristalino que le hizo ser conocido en su época.
Felipe II le nombró Matemático Mayor participando en la reforma del calendario. Vuelto a España, Juan de Herrera le encarga el diseño de las campanas del Monasterio de El Escorial.
Durante más de tres siglos, el Ejército y la Armada de España mantuvieron una ardua lucha contra unos enemigos audaces e irreductibles, los moros de Filipinas, concentrados principalmente en las islas de Mindanao y de Joló. Fue una guerra despiadada, durante la cual, hasta sus últimas etapas, ni se concedía ni se recibía cuartel. El escenario fueron mares inclementes y traidores, sembrados de arrecifes coralinos y de bancos de arena, en los que la simple navegación ya era una hazaña, más aún cuando estaban infestados de embarcaciones hostiles, cargadas de tripulaciones dispuestas, en caso preciso, a luchar hasta la muerte. Se combatió también en junglas impenetrables, bajo un sol abrasador, sembradas de trampas y ricas en enfermedades letales, que diezmaban a las tropas con más saña que los krises y las balas. Normalmente, el colofón de los enfrentamientos era el ataque a cottas o fuertes, erizadas de lantacas y de fanáticos defensores, casi invulnerables a la artillería, con el asalto a pecho descubierto como única táctica posible, trepando por escalas o agarrándose a las anfractuosidades, bajo una lluvia de proyectiles, para llegar al ansiado, y a la vez, temido cuerpo a cuerpo. El prestigioso historiador Julio Albi de la Cuesta, autor de clásicos como De Pavía a Rocroi, Banderas olvidadas o ¡Españoles, a Marruecos!, nos presenta la primera historia completa de una guerra secular y encarnizada que solo halló el fin con la invasión estadounidense del archipiélago. Ni españoles ni moros, como dignos enemigos, realmente llegaron a envainar las espadas. Así, inconciliables adversarios llegaron a compartir rival, un broche paradójico, pero, de alguna manera, apropiado para tan larga y empeñada lid.
El “Old Spanish Trail” (Florida-California) empezó a forjarse con Álvar Núñez Cabeza de Vaca a principio del siglo XVI. Él encabezó durante diez años una expedición recorrió el extenso territorio que va desde Río Bravo hasta El Paso, atravesando Texas.
Había llegado en 1527 en una escuadra compuesta por cinco navíos y seiscientos hombres dispuestos a poner pie y a explorar Tierra Firme, concretamente La Florida. Con los precendentes de otros conquistadores estaba en el ánimo de estos pioneros conseguir fortuna. Pero nadie dijo que fuera fácil … la escuadra fue desbaratada por los temporales, disminuida por las deserciones, las enfermedades, la ferocidad combativa de los nativos… Al cabo de un tiempo sólo quedaron un puñado de expedicionarios, Cabeza de Vaca entre ellos, convencidos de actuar en nombre del Emperador Carlos V para tomar posesión de aquellas tierras y predicar a los indígenas la verdad del Evangelio.
Tres siglos después Florida y California, a través de Texas, quedaban unidas por el “Old Spanish Trail”, que había comenzado precisamente con la difícil aventura de Cabeza de Vaca. Epopeyas difíciles de imaginar en la actualidad.
Pero empecemos por el principio, nuevas tierras, nuevos retos… y dificultades y peligros máximos.
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