Descripción
- Editorial : B; 001 edición (23 febrero 2023)
- Idioma : Español
- Tapa blanda : 624 páginas
- ISBN 10: 846667358X
- ISBN 13: 978-8466673587
- Peso del producto : 910g
- Dimensiones : 16.5 x 5 x 23.5 cm
22,90 €
Año 1468. Castilla se encuentra en un momento crucial de su historia. Alfonso de Trastámara ha muerto en sospechosas circunstancias y Enrique IV se alza como rey obligando a su hermanastra Isabel, la única que podría oponerse a sus planes, a firmar la paz. Ella acepta, pues está destinada a convertirse en Isabel la Católica y sabe que las grandes partidas no se ganan en el primer movimiento.
Mientras los asuntos de la Corte mantienen al reino en vilo, el misterioso asesinato de un noble une fortuitamente a Gadea, una joven apasionada del ajedrez que esconde un oscuro pasado, y a Ruy, un cronista amante de la Historia y los libros. La peligrosa carrera a contrarreloj de ambos para descubrir al culpable se entrelaza con las conspiraciones y las guerras de la Corte de Isabel, quien bajo su mandato supo moverse como una maestra en el tablero y transformó para siempre la figura de la reina en el ajedrez.
Peso | 0,910 kg |
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Dimensiones | 16,5 × 5 × 23,5 cm |
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El Gran Norte recoge buena parte de lo que hoy conocemos como el Oeste americano: Un lugar donde las abruptas cadenas montañosas se alternan con altiplanos desérticos de magnitud inabarcables formando la frontera norte del vasto Imperio Español en América: Una territorio que durante el siglo XVIII era todavía “Terra Incognita”.
El territorio que Bernardo de Miera y Pacheco y sus compañeros de expedición recorrieron durante meses para explorar y cartografiar. Fue una existencia llena de peligros, de aventuras en las que no pocas veces estuvieron a punto de perecer.
Miera, cántabro él, es una de las figuras más polifacéticas y fascinantes de la América hispánica en el siglo XVIII. Fue un prolífico artista, que pintó y esculpió altares que hoy adornan iglesias y misiones virreinales del actual estado de Nuevo México. También fue ingeniero y capitán de milicias en varias campañas contra los comanches (que atacaban a otras tribus y a los propios españoles), como la que sostuvo el gobernador Anza con el temible jefe de guerra Cuerno Verde.
Explorador y cartógrafo sobresaliente, dibujó con trazo firme los mapas más relevantes y precisos del Gran Norte en la segunda mitad del siglo XVIII (mapas tremendamente útiles que luego utiizaron los estadounidenses). Fue comerciante, minero (sin suerte), recaudador de deudas y, en sus horas bajas, deudor. Alcalde mayor, ranchero y artesano ducho en el metal, la piedra y la madera.
En los últimos años de vida, don Bernardo sirvió como soldado distinguido en el presidio de Santa Fe, la villa más septentrional del Imperio Español en América, una zona fronteriza, remota y peligrosa, sometida al acoso constante de los belicosos apaches y comanches.
“Forjado en la frontera” nos asoma, a través de la extraordinaria vida de este cántabro originario del valle de Carriedo, a la profunda huella hispánica que quedó en la América del siglo XVIII, en un territorio de frontera que se convirtió en el rico crisol que es actualmente el septentrión novohispano.
Existe una figura ambigua, a medio camino entre lo militar y lo civil, que no se terminó de definir hasta hace poco: el ingeniero. Este libro es una exploración fascinante de su papel central en la forja del Imperio español. También es una celebración de la curiosidad humana, del ingenio y de la sorprendente capacidad de adaptación de unos profesionales que no se limitaron a trasladar los postulados europeos, sino que se empaparon de los nuevos espacios hallados en ultramar y los admiraron.
La formación de un imperio requiere una reestructuración del paisaje con fines administrativos así como la vinculación de comunidades dispares en una sola entidad política por medio de infraestructuras. En el Imperio español, que se fijó en el romano como modelo, los ingenieros dirigieron obras públicas clave para lograr eficacia económica e integración social y cultural, pues facilitaban las comunicaciones y la salubridad y proporcionaban lo necesario para la defensa. Además, tuvieron que trabajar en un territorio extraordinariamente grande, con fronteras indefendibles y rutas vulnerables, o con recursos distribuidos de manera muy dispersa. Además, lo hicieron en un contexto de escasez financiera debida a las crisis económicas y las guerras dinásticas imperiales, dentro de un proceso de expansión tan agotador como asombroso.
Felipe Fernández-Armesto y Manuel Lucena Giraldo exploran la actividad de los ingenieros a partir de un sinfín de atractivas historias, siempre bien contadas, y ofrecen una visión muy singular de la construcción del Imperio español, con sus virtudes y extraordinarios logros.
«…Comenzó un atronador duelo de arcabucería. El fuego vivísimo levantó una humareda que cubrió el campo. Las balas chasqueaban abriendo claros en las tupidas formaciones y agujereaban las banderas. Martín notaba sus manos húmedas, por lo que aferró con fuerza su arcabuz. Respiró hondo y expulsó el aire lentamente. En cualquier caso, pensaba, si había llegado el día de morir, era bueno hacerlo con la imagen reciente de una mujer en la retina y el sabor de su piel en los labios…»
Durante el cruel invierno de 1573, Martín de la Vega y Afonso el portugués, soldados de los temibles Tercios españoles, participan en el asedio a la ciudad de Haarlem, en pleno corazón de Holanda.
Éste será el tablero que compartirán con las distintas piezas de esta nueva aventura, tales como un sanguinario capitán francés, un joven espía flamenco, o un tozudo gobernador dispuesto a defender su ciudad hasta las últimas consecuencias. Se moverán entre batallas, asaltos, encamisadas y reñidos combates navales; pero, sobre todo, pintarán un cuadro que mostrará la belleza salvaje y terrible de la guerra.
Héctor J. Castro. Ferrol, 1987. Estudió humanidades en Concepción Arenal y ahora imparte clases Lengua Inglesa. Amante de la Historia y la Literatura, se dedica también desde hace años al modelismo de figuras y dioramas bélicos, con lo que ha ganado varios premios y expuesto en el museo del ejército. Con El Siglo de Acero quiso rendir homenaje a lo que para él es su época favorita: la época imperial de la Monarquía Hispánica del siglo XVI.
Sinvergüenza poco fiable y sobre todo entrañable, don Pablos de Segovia nos ofrece el relato de sus aventuras picarescas en la España del Siglo de Oro y en esas Américas que entonces aún se conocían como las Indias. A veces miserable y otras acaudalado, ora halagado, ora despreciado, sus tribulaciones lo llevarán desde los bajos fondos a los palacios, de las cumbres andinas a los meandros de la Amazonia, para llegar hasta aquel lugar mítico en el que cristalizan todos los sueños del Nuevo Mundo: ¡El Dorado!.
El granadino Juanjo Guarnido, artista de la multipremiada Blacksad, y el genial guionista Alain Ayroles – De capa y colmillos – nos brindan la continuación de la vida del Buscón, de Francisco de Quevedo. Un brillante homenaje a una de las cumbres de la literatura en lengua castellana que supone un auténtico deleite para los lectores.
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