Información adicional
Peso | 2200 kg |
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140,00 €
Esta llamada espada “Pappenhaimer”, se caracteriza por un protector en forma de canasta que protege la mano.Toma su nombre de Gottfried Heinrich zu Papppenheim,un mariscal de campo de la guerra de los 30 años.Su famoso regimiento era especialmente aficionado a este tipo de estoque.
Longitud total: 103 cm aprox
Longitud de hoja:80 cm aprox
Max. ancho de la hoja:4,3 cm aprox.
No vendemos este producto a menores de 18 años.
Peso | 2200 kg |
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Este brazal o brazalete está realizado artesanalmente en cuero de 2mm ribeteado en piel y ajustable mediante tres correas. Las Medidas de brazo para este brazal son: muñeca de 20 a 25 cm.; Antebrazo de 23 a 35 cm.; Largo del brazalete 22 cm.
Los brazales tenía la función de proteger los brazos de las heridas sobretodo las provocadas por las picas. Los Tercios los utilizaban metálicos y que cubrieran todo el brazo para resistir mejor las lanzadas que venían de las picas enemigas. Éstos brazales en cuero son por lo tanto de una época un poco anterior y no son habituales en las recreaciones históricas de los Tercios.
En el precio se incluyen DOS brazaletes.
Posibilidad de realizar variación en colores y medidas, consúltanos en caminoespanol @ gmail.com
Réplica de un capacete. Los capacetes se usaron durante el siglo XVI y principios del siglo XVII.El capacete deriva de cascos medievales como la capelina, y comparte con el morrión la forma de almendra, que ayudaba a minimizar los daños producidos por los golpes descendentes.
Casco de acero de 1,6 mm. de grosor de finales del siglo XVI.
Forrado en cuero. Medida de la cabeza 60 cms.
Esta Borgoñota o celada borgoñona, es totalmente funcional (battle-ready)
La celada borgoñona o borgoñota es un casco con una visera fija y una cresta de inspiración clásica, que pretendía imitar los cascos de la antigüedad, y una parte frontal móvil, protectora de la cara, con bisagra. Durante el siglo XVI y XVII fue utilizado tanto por la infantería como por la caballería de los Tercios Españoles. Muchas escenas bíblicas pintadas en el renacimiento ilustran a los romanos llevando borgoñotas. Al principio se incluía una protección de la cara que fue perdiéndose conforme avanzaba el siglo porque si bien protegía restaba visibilidad por el tipo de lucha en el que derivaban las batallas. Para el siglo XVII, la celada borgoñona había desaparecido prácticamente a favor del morrión, salvo en los oficiales y jefes, que siguieron llevándola como signo de rango, en este caso, profusamente decoradas.
El modelo que presentamos tiene la cresta característica y se compone de tres piezas. Como piezas independientes, se presentan dos baberas o faciales, que pueden vestirse o no, a elección del recreador. Una más cerrada y la otra más abierta. Se fijan con unos pasadores y bisagras al resto del casco. Esta borgoñota está fabricada en acero de 2 mm.
Un soberbio casco soberbio para la mejor recreación histórica.
Los recipientes para pólvora, fueron necesarios desde el inicio de la aparición de las primeras armas de fuego de avancarga en los campos de batalla y hasta la aparición de los primeros fusiles de percusión.
Inicialmente estaban construidos por asta de bóvido, conocidos como cuernos de pólvora, que podían tener también el mecanismo dosificador embutido, so carecer de él cuando son de construcción artesanal, tapándose con un simple corcho. Éstos se complementaban con los fabricados en metal, ya sea de cobre, latón o incluso plata que se conocen con el nombre de gualderas o polvoreras (podían a llegar a ser muy elaborados y lujosos. Estaban provistos de un dosificador para la pólvora).
Esta réplica está hecha de cuerno real con boquilla de latón dosificadora embutida. En el otro extremo, el cuerno se cierra con una tapa de madera. Se incluye una correa de cuero para poderlo llevar en bandolera. Al ser un material natural, los cambios en forma, medida y color son por lo tanto habituales.
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