Descripción
Autor(es): Felipe B. Pedraza
ISBN: 978-84-414-2142-4
Idioma: CASTELLANO
Formato: RUSTICA CON SOLAPA
Medidas: 17 x 24 cm.
Páginas: 288 páginas + 32 desplegables
27,00 €
Se cumplen ahora cuatrocientos años de la mayor revolución en el teatro popular desde los antiguos griegos. Félix Lope de Vega Carpio (1562-1635), a quien Cervantes calificara de «monstruo de naturaleza » y hoy, con castiza familiaridad, todos llamamos Lope, se encargó de que las comedias se convirtieran en el mayor divertimento popular y en la más excelsa manifestación artística. En aquella sociedad estamental del siglo XVII, el hijo de un bordador estaba abocado -condenado, podríamos decir- a desempeñar el oficio que su padre u otro de la misma consideración social. Sin embargo, Lope de Vega encontró un camino inédito para ganar dinero y fama: sus versos. Por primera vez en la historia de la humanidad un poeta podía prescindir del mecenazgo y vivir de una realidad nueva, inquietante e imprevisible, un monstruo de mil cabezas y cien mil pareceres: el público. Su creación poética le dio un estatus especial. Se llegó a rezar un credo sacrílego: «Creo en Lope de Vega, poeta del cielo y de la tierra…». Este reconocimiento general -frente al que no faltaron disidentes y críticos muy agresivos- le permitió actuar a su aire, contraviniendo en más de una ocasión normas y hábitos sociales. La sucinta enumeración de sus relaciones amorosas puede trasmitir la falsa imagen de un donjuán de sentimientos cambiantes e irresponsables. No fue así. Lope sintió cada amor con fervorosa intensidad, y en los últimos años de su vida, reunió junto a sí a los hijos de Micaela de Luján, de Juana de Guardo y de su último amor: Marta de Nevares, a la que conoció y trató cuando ya era sacerdote.
Autor(es): Felipe B. Pedraza
ISBN: 978-84-414-2142-4
Idioma: CASTELLANO
Formato: RUSTICA CON SOLAPA
Medidas: 17 x 24 cm.
Páginas: 288 páginas + 32 desplegables
Peso | 0,350 kg |
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Dimensiones | 24,0 × 17,0 × 3,0 cm |
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A principios del siglo XVIII, los componentes de la caballería ligera española que se situaban en los límites de los territorios conquistados en América eran conocidos como dragones de cuera. Su misión consistía en proteger las nuevas fronteras de los ataques permanentes de las tribus indias que habían sido desplazadas y veían con sumo recelo la llegada de los españoles. Esta es la historia de un joven soldado que, de niño tras perder a sus padres, fue educado en el rastreo por los indios pueblo y en el combate por un prestigioso dragón de cuera. Por tanto, era buen conocedor de las costumbres y técnicas de lucha de ambas razas. Algo que muy pocos poseían.
La Conjuración de los Venecianos o la Conjura de Bedmar es el hilo argumental de esta novela. Vaya por delante que independientemente de la verdad, este hecho fue objeto de gran tratamiento propagandístico y literario, incluyéndose entre los temas de la llamada leyenda negra española. Un episodio que en España apenas se conoce, pero que en la Venecia actual está muy presente y no hay ningún pudor en sacarlo a relucir a cualquier turista que se acerque (y van muchos-muchos), echando la culpa a los españoles del complot lógicamente.
Poco importa que las investigaciones sobre el asunto apunten en otras direcciones más locales. Es por eso que incluimos esta novela en esta sección, que a la postre toma los argumentarios venecianos. A la trama no le falta de nada porque también aparece el gran Quevedo aún cuando hay muchas dudas sobre su participación. Así pues “Soportal del los malos pensamientos”:
“Soportal de los malos pensamientos nos asoma al fracasado intento español, donde Don Francisco de Quevedo ejercía de ‘maestro de espías’ del duque de Osuna, virrey de Nápoles, de hacerse, mediante un audaz golpe de mano, con el control de la República de Venecia. Mientras los esbirros de Meser Grandes, jefe de la policía secreta de la Serenísima, dirigen y alientan la caza de los españoles y sus aliados por toda la ciudad, Alvaro de Roa lucha por ponerse a salvo y Quevedo retrasa su huida para intentar lo único que ya le es posible: la venganza”
Cuando Felipe II encomendó en 1567 el gobierno de los Países Bajos a Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, el experimentado militar, de sesenta años de edad, se puso en camino hacia Bruselas con un cometido claro: castigar a los rebeldes que se habían alzado contra el rey el año anterior, perseguir la herejía protestante y modernizar las finanzas del país. Alba tuvo que bregar con burgomaestres y abades díscolos, con una población que observaba con temor a los soldados españoles veteranos llegados con el duque, y con las incursiones de los mendigos del mar, piratas empleados por Guillermo de Orange, el principal líder de los rebeldes huidos al extranjero. El descontento de la población ante las políticas defensivas y fiscales de Alba se agravó por una serie de catástrofes naturales en forma de inundaciones y malas cosechas, y desembocó en 1572 en una revuelta masiva desencadenada por la conquista de la ciudad holandesa de Briel el 1 de abril de aquel año por los mendigos del mar. La rebelión se extendió con rapidez de norte a sur de los Países Bajos y enfrentó a Alba al mayor desafío con el que se había topado hasta ese momento. Fue este el verdadero inicio de la Guerra de Flandes. A la postre, aunque el duque logró derrotar a Guillermo de Orange en las provincias del sur, y aunque en una ardua campaña recuperó mucho del terreno perdido merced a la veteranía de los tercios españoles, incluida la estratégica ciudad de Haarlem tras un épico asedio de ocho meses, el ejército real no logró imponerse a los rebeldes, que lograron asentar en las provincias de Holanda y Zelanda una administración política y militar que propició el surgimiento, unos años después, de las Provincias Unidas de los Países Bajos.
Los novios es una novela histórica de carácter romántico escrita por Alessandro Manzoni sobre la vida en el Milán del siglo XVII, es decir, durante la época española. Considerado un clásico de la literatura mundial, sentó las bases de la narrativa moderna en Italia e influyó sobre muchos novelistas posteriores.
¿Por qué vendemos este producto que decimos que favorece la Leyenda Negra? La razón principal para incluirlo en nuestra biblioteca es porque habla de la Época Española de Milán. Un territorio, la actual Lombardía, que poca gente sabe que fue pieza fundamental de la Monarquía Española. El otro motivo principal es que estamos hablando de una obra cumbre de la literatura italiana. Eso no se puede ni se debe pasar por alto. Por otra parte, esta novela en sí misma no es Leyenda Negra, pero genera el caldo de cultivo para que haya gente, mucha gente (recordamos que es de obligada lectura en toda Italia desde hace muchos años), que esté en disposición de creerse obras que sí blanden sin pudor el virus de la Leyenda Negra. Y eso sí que es un problema.
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