Descripción
Despertaferro Ediciones.
Historia Moderna
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En 1578 murió en combate en Marruecos, sin descendencia, el joven rey Sebastián de Portugal. Con él pereció buena parte de la nobleza lusa. Portugal y su imperio, gobernados por el anciano cardenal don Enrique, tío de Sebastián, se convirtieron de inmediato en el objetivo del monarca más poderoso de Europa, Felipe II, que ostentaba derechos a la corona portuguesa a través de su madre, Isabel de Portugal. El curso favorable de la Guerra de Flandes y la tregua alcanzada con el Imperio otomano permitieron al Austria movilizar amplios recursos militares, tanto terrestres como navales, con vistas a someter el reino luso si no lograba hacerse reconocer como su soberano por medios diplomáticos. Ante la toma del poder por el prior Antonio de Crato, su único rival lo bastante ambicioso como para osar plantarle cara, Felipe II ordenó la invasión de Portugal, que sus mejores comandantes, el duque de Alba y Álvaro de Bazán, ejecutaron con una eficacia fulminante. Pero el prior escapó y, con apoyo francés e inglés, prolongó su resistencia en las Azores, lo que dio origen a dos campañas navales que marcaron un hizo en la historia naval, con la primera batalla oceánica entre veleros artillados y el primer desembarco anfibio a gran escala a miles de kilómetros de la base más cercana. De todo ello da cuenta el presente número de Desperta Ferro Historia Moderna, que desentraña las razones, el curso y la trascendencia del episodio que marcó el cénit del poder de la Monarquía Hispánica en el orbe: la anexión de Portugal y sus vastos dominios a la corona de Felipe II.
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La batalla de Kinsale se libró en el marco de la Guerra de los nueve años (En 1594 los jefes irlandeses Red Hugh O’Donnell y Hugo O’Neill se rebelaron contra la ocupación inglesa) con la participación española con los rebeldes irlandeses comandados estos por Red Hugh O’Donnell, Señor de Tyrconnell, y Hugo O’Neill, conde de Tyrone. Por parte española, Felipe III envió una flota compuesta por 33 embarcaciones que partió del puerto de La Coruña el 2 de septiembre de 1601 con los Tercios de Juan del Águila y de Francisco de Toledo que sumaban 4432 hombres y cuyo objetivo era desembarcar y tomar la ciudad de Cork.
Título: La Guerra de los Treinta Años. Especial
Autor: Despertaferro Ediciones. Historia Moderna
Caeríamos en un error, los españoles, si pensáramos que la guerra de los 30 años nos fue ajena. En realidad es todo lo contrario. Fue ésta, la guerra de los 30 años y no la de los 80, la que hizo sufrir de verdad a España hasta verse envuelta en aquello que evitaba a toda costa: Una guerra dentro de sus fronteras.
¿Por qué comprarla? La guerra de los treinta años, junto con la I y la II Guerra Mundial, ha sido, seguramente, la guerra más decisiva de cuantas se han desarrollado en suelo europeo. Aunque no fuera una guerra mundial sí lo fue global. La primera de la historia. Conoce todos los detalles tan relevante de este episodio del siglo XVII.
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La impronta de Gustavo Adolfo se deja sentir en tres fenómenos históricos que, sin duda, trascienden su persona y su relativamente corto reinado y justifican su interés: la formación de Suecia como estado moderno y potencia internacional, la denominada “revolución militar” que transformó el concepto renacentista del oficio de las armas y la propia Guerra de los Treinta Años. La intervención de Gustavo Adolfo en Alemania que hundió al continente aún más en la tragedia. Sin embargo, el estatus de potencia regional expansionista al que el monarca aupó a Suecia fue posible gracias a que convirtió al ejército sueco en una maquinaria bélica digna de respeto por medio de una serie de reformas militares. En estas páginas veremos a un personaje no exento de controversia, protagonista consciente de las transformaciones de su tiempo.
Nueva incursión sobre las campañas de los Tercios Españoles en Flandes en el ámbito de las guerras “italianas”. En esta ocasión sobre una batalla, que precedida el año anterior por la más conocida de San Quintín, supuso el enfrentamiento decisivo entre los ejércitos francés y español para la confirmación del establecimiento de la hegemonía española en Europa, hegemonía que se iba a mantener durante el siguiente siglo y medio.
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