Descripción
Gemelos: “Tercio Viejo de Nápoles”
Material: Esmaltado, cobre y zinc
Colores: Rojo sobre fondo blanco y azul
23,99 €
Gemelos del “Tercio Viejo de Nápoles” fabricado en aleación de cobre y zinc con baño de Rodio con acabado con sus colores característicos cruz de borgoña en rojo, sobre fondo blanco y azul.
El Tercio Viejo de Nápoles nació a las ordenes de Carlos I. Era un Tercio destiando a la defensa del Reino de Nápoles principalmente contra el Turco. También estuvo presente en la campaña de Flandes. Este Tercio junto con el de Sicilia y el de Lombardia son considerados los Tercios más antiguos.
Todos estos gemelos que os presentamos representaron a España y a sus armadas durante el siglo XVI, XVII y XVIII. La principal, con la Cruz de Borgoña (una variación la cruz de San Andrés) sobre fondo blanco representaba a la Monarquía Hispánica o lo que era lo mismo en aquel entonces a la propia España. Esta Bandera fue sustituida por la actual rojigualda avanzado el siglo XVIII.
Estos gemelos es un magnífico regalo para aquellos que saben valorar la Historia de España durante aquellos complejos y apasionantes siglos XVI y XVII.
Hay existencias
Gemelos: “Tercio Viejo de Nápoles”
Material: Esmaltado, cobre y zinc
Colores: Rojo sobre fondo blanco y azul
Peso | 0,1 kg |
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El que la sigue la consigue, los Orange Nassau y los aliados protestantes ya tienen su Guerra Civil en los Países Bajos. Los Tercios, encargados de mantener la legalidad vigente sufren los rigores del invierno flamenco.
Isla de Bommel. Diciembre de 1585. Más de cuatro mil soldados de los tercios de Mondragón, Iñiguez y Bobadilla se encuentran atrapados en un verdadero infierno. Un enorme contingente hacinado en una franja de tierra de escasos kilómetros junto a la ermita de Empel, rodeados de agua, barcos herejes que los cañonean sin descanso y una humedad heladora. Todas las opciones para abrir una vía de escape y huir del asedio han fracasado, la comida escasea y la única alternativa es un ataque militar suicida que está condenado al fracaso. Pero un hallazgo tan improbable como prodigioso cambiará las tornas de una manera radical. La mañana del 8 de diciembre de 1585 será recordada como uno de los episodios más increíbles y sorprendentes de la historia de España. Un hecho que, por méritos propios, recibió el nombre de ‘el milagro de Empel’.
Se cumplen ahora cuatrocientos años de la mayor revolución en el teatro popular desde los antiguos griegos. Félix Lope de Vega Carpio (1562-1635), a quien Cervantes calificara de «monstruo de naturaleza » y hoy, con castiza familiaridad, todos llamamos Lope, se encargó de que las comedias se convirtieran en el mayor divertimento popular y en la más excelsa manifestación artística. En aquella sociedad estamental del siglo XVII, el hijo de un bordador estaba abocado -condenado, podríamos decir- a desempeñar el oficio que su padre u otro de la misma consideración social. Sin embargo, Lope de Vega encontró un camino inédito para ganar dinero y fama: sus versos. Por primera vez en la historia de la humanidad un poeta podía prescindir del mecenazgo y vivir de una realidad nueva, inquietante e imprevisible, un monstruo de mil cabezas y cien mil pareceres: el público. Su creación poética le dio un estatus especial. Se llegó a rezar un credo sacrílego: «Creo en Lope de Vega, poeta del cielo y de la tierra…». Este reconocimiento general -frente al que no faltaron disidentes y críticos muy agresivos- le permitió actuar a su aire, contraviniendo en más de una ocasión normas y hábitos sociales. La sucinta enumeración de sus relaciones amorosas puede trasmitir la falsa imagen de un donjuán de sentimientos cambiantes e irresponsables. No fue así. Lope sintió cada amor con fervorosa intensidad, y en los últimos años de su vida, reunió junto a sí a los hijos de Micaela de Luján, de Juana de Guardo y de su último amor: Marta de Nevares, a la que conoció y trató cuando ya era sacerdote.
Tras la toma a la fuerza de Brielle y Flesinga por los Mendigos del Mar en abril de 1572, la presión de los secuaces de Orange continua por otras poblaciones (Luis de Nassau con mercenarios franceses ataca por el sur en Mons). El gobernador de Haarlem presiona a la milicia de la ciudad para pasarse al bando de Guillermo de Orange, sustituyendo a la fuerza a la administración de la ciudad por personajes afines a Guillermo. La población poca opción tuvo más que sufrir el asedio que leales y rebeldes mantuvieron en esa ciudad.
A raíz del insospechado hallazgo de unos documentos históricos en el Archivo de Simancas, en Valladolid, un notario nos revela la apasionante vida de Don Jerónimo de Ayanz en las Cortes de los reinados de Felipe II y Felipe III. De la propia mano de Don Jerónimo, conoceremos los entresijos militares y amorosos de lo acaecido durante buena parte de los siglos XVI y XVI en las altas esferas del reino de España, pero, sobre todo, seremos partícipes de los inventos y máquinas impensables que fue capaz de construir en aquella época nuestro particular protagonista. Un inventor que durante años fue un militar de éxito que combatió en los principales escenarios de guerra incluido Flandes, al qué llegó recorriendo el Camino Español, o Portugal.
Jerónimo de Ayanz, aunaba una fuerza física y una destreza en lo militar impresionante, pero sobre todo una mente prodigiosa que ha pasado desapercibida durante siglos. Rafael Romero nos desvela unos documentos históricos, ocultos hasta el día de hoy, y que nos ofrecen una nueva perspectiva de la España donde no se ponía el sol.
David (propietario verificado) –
Excelente acabado y presentación. Entrega puntual, me encanta como lucen!