Descripción
Lámina: “Herencia”
Autor: Vicente A. Barrios de la Lastra
papel: Alta calidad de 250 g/m²
Tamaño: 29,7 cm x 42 cm
24,00 €
La lámina “Herencia Trastámara” es la imagen misma de aquel sueño que tuvieron allá a finales del siglo XV, Isabel y Fernando.
Tras duros siglos de luchas, culmina la Reconquista y con su matrimonio, Isabel y Fernando, consuman la estrecha vinculación de Castilla y Aragón, a la que se uniría más adelante Portugal, para dar forma a aquel anhelo de siglos, llamado Hispania. Aquel susurro en Covadonga, ya era un rugido que resonaba en toda Europa. Aquella era una España inabarcable que desbordaría sus propios confines, para duplicarse casi hasta el infinito, en una de las mayores epopeyas de la Historia de la Humanidad.
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Lámina: “Herencia”
Autor: Vicente A. Barrios de la Lastra
papel: Alta calidad de 250 g/m²
Tamaño: 29,7 cm x 42 cm
Peso | 0,1 kg |
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Dimensiones | 42 × 30 × 0,5 cm |
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Evolución de las Armas Hispánicas II
Autor: Vicente A. Barrios de la Lastra
papel: Alta calidad de 250 g/m²
Tamaño: 75 cm x 31 cm
La batalla de Pavía es el símbolo del fin de un forma de hacer la guerra y también de una época. La mañana del 24 de febrero de 1525, en el extenso parque ubicado al norte de la ciudad –antiguo coto de caza de los duques de Milán–, la caballería pesada francesa, la mejor fuerza militar de Europa, fue masacrada en pocos minutos por infantes españoles equipados con arcabuces. El arma de fuego, que tres años atrás, en Bicoca, ya había sentenciado a las pesadas falanges suizas, demostraba de nuevo su primacía. Se inauguraba el reinado de lo que, pocos años más tarde, sería bautizado como Tercio. En paralelo, el apresamiento en el campo de batalla de Francisco I de Francia marcó un nuevo hito en el duelo que libraba éste con el Carlos I de España.
Si bien la batalla Pavía no supuso el fin de la Guerra de los 4 reyes (Francisco I y Carlos I, primero, y Enrique II y Felipe II, después), sí que dejó el Ducado de Milán bajo la corona española de forma definitiva. La Monarquía de España añadía la otra joya, junto con los Países Bajos, a su corona. Su dos territorios más preciados.
El 24 de Febrero de 1525 se libró una batalla en las que las fuerzas hispanogermanas de Carlos V y las francesas de Francisco I se enfrentaron en la ciudad italiana de Pavía.
Presencia histórica española en Norteamérica. Territorios reclamados, puntos de interés y expediciones en los territorios de los modernos Estados Unidos, Canadá y México. También se muestran las principales características de la América Central española y el Caribe español. Se muestran los reclamos y la actividad portuguesa y vasca en el Nordeste, ya que en algún momento fueron incluidos en la estructura política e imperial de la Monarquía de España.
Tamaño, incluido el paspartú 55×33 cm. Otras medidas, consultar latiendadelostercios@gmail.com
La lámina “Herencia Borgoñona” quiere llevarnos al corazón de Europa, allá por el lejano 1473, donde una elección cambió la suerte del viejo continente Carlos de Borgoña elegía al hijo del emperador Federico III, Maximiliano, como marido para María, su única hija. Los Habsburgo sumaban a sus posesiones en Alpinas, los territorios en Austria, Estiria, Bohemia y Hungría junto a sus derechos a la elección en el trono del Sacro Imperio, un nuevo ramillete de condados y ducados, que además traían aparejada la titularidad de la dignidad de Gran Maestre y Jefe Soberano de la Orden del Tosisón de Oro. Esto convertía a los en otra hora irrelevantes señores de Habsburgo en el linaje hegemónico en Centroeuropa.
La Liga de Esmalcalda fue una unión de príncipes protestantes del Sacro Imperio Romano Germánico que se creó en el siglo XVI para defender sus territorios y luchar contra el Emperador y rey Carlos V, defensor del catolicismo frente a la Reforma luterana. Toma su nombre de una ciudad alemana.
Este es “el comienzo” para entender otras guerras posteriores y muy cercanas geográficamente. La solución a medias de este conflicto conllevó, por una u otra vía, que se reprodujeran otros derivados de éste con más virulencia si cabe.
Plazo de Entrega: 3-4 días laborables
GOL y Juan Luis Rincón.
Gonzalo Fernández de Córdoba es uno de los generales de mayor transcendencia en la historia del arte de la guerra. Vivió en pleno Renacimiento y supo captar como nadie los cambios que la pólvora imponía en las tácticas y estrategias militares.
Los tercios españoles bajo su mando, armados con espingardas y arcabuces, rompieron inmisericordes las cargas de caballería pesada que, hasta ese momento, habían reinado en los campos de batalla europeos. Al frente de un reducido ejército batió a los franceses en Italia y conquistó para su señor el reino de Nápoles y para él la honra inmortal y el título de Gran Capitán.
Gonzalo era amante del lujo y de la ostentación en el vestir, pero también sabía soportar las asperezas y miserias del campo de batalla. Compartía con sus hombres el hambre, el frío y la enfermedad, sin escudarse jamás en su posición de general para evitar las incomodidades y los sufrimientos. Supo ganarse el respeto y la fidelidad de sus soldados, capaces de renunciar a su paga solo por el honor de poder servir bajo sus órdenes.
Muchos jerarcas europeos le cortejaron con sustanciosas ofertas para que mandase sus ejércitos, pero Gonzalo era hombre de una sola palabra. Triunfó en la vida y, al igual que muchos antes y después de él, tuvo que pagar el precio del poder
La batalla de Pavía es el símbolo del fin de un forma de hacer la guerra y también de una época. La mañana del 24 de febrero de 1525, en el extenso parque ubicado al norte de la ciudad –antiguo coto de caza de los duques de Milán–, la caballería pesada francesa, la mejor fuerza militar de Europa, fue masacrada en pocos minutos por infantes españoles equipados con arcabuces. El arma de fuego, que tres años atrás, en Bicoca, ya había sentenciado a las pesadas falanges suizas, demostraba de nuevo su primacía. Se inauguraba el reinado de lo que, pocos años más tarde, sería bautizado como Tercio. En paralelo, el apresamiento en el campo de batalla de Francisco I de Francia marcó un nuevo hito en el duelo que libraba éste con el Carlos I de España.
Si bien la batalla Pavía no supuso el fin de la Guerra de los 4 reyes (Francisco I y Carlos I, primero, y Enrique II y Felipe II, después), sí que dejó el Ducado de Milán bajo la corona española de forma definitiva. La Monarquía de España añadía la otra joya, junto con los Países Bajos, a su corona. Su dos territorios más preciados.
Tríptico de la Hispanidad Autor: Vicente A. Barrios de la Lastra Medidas: 97 cm x 62cm Esta lámina es un armorial que representa los reinos, estados y señoríos de la Monarquía Hispánica. Inspirada en los sobresalientes trípticos de Jan van Battel, pintor de Malinas, esta lámina … Leer más
Fue el guerrero más noble, más generoso y más puro que haya pisado la tierra. Sus enemigos lo honraron y alabaron con el sobrenombre de Grande, que muy pocos han merecido en la historia. Nació y se crió entre soldados, y la primera vez que aparece en la historia peleaba espada en mano para defender el honor y las vidas de unos judíos conversos. Quiso ser monje, pero el abad lo rechazó porque no era ese su destino. Fue adalid de la frontera y capitán de lanzas en la guerra de Granada. Mandaba y combatía a pie y a caballo, y siempre protegió a sus hombres. Escaló el primero una muralla y estuvo peleando agarrado a una almena. Su buen hacer atrajo la atención de los Reyes que después llevaron nombre de Católicos, que le brindaron su amistad y confianza. El rey Fernando le dio el mando de un cuerpo expedicionario muy pequeño, el primero que salía de España en muchos años, y con él expulsó a los franceses del reino de Nápoles. Vino una paz ficticia, los franceses volvieron a invadir el rearme y Gonzalo volvió a echarlos. Fue amigo de sus amigos, y de sus enemigos; fiel a sus hombres, fiel a sus hombres, a su esposa y a sus reyes. Exhortó al Papa a que llevara una vida ordenada. Regaló un reino a su rey. Por lealtad a su rey renunció a ser rey, y por no servir a otra bandera rehusó las ofertas de Génova, Venecia, del Emperador y del Papa, que lo querían para mandar sus ejércitos. Fue un guerrero elfo y un general excelente. Fue el Gran Capitán.
La lámina “Herencia Borgoñona” quiere llevarnos al corazón de Europa, allá por el lejano 1473, donde una elección cambió la suerte del viejo continente Carlos de Borgoña elegía al hijo del emperador Federico III, Maximiliano, como marido para María, su única hija. Los Habsburgo sumaban a sus posesiones en Alpinas, los territorios en Austria, Estiria, Bohemia y Hungría junto a sus derechos a la elección en el trono del Sacro Imperio, un nuevo ramillete de condados y ducados, que además traían aparejada la titularidad de la dignidad de Gran Maestre y Jefe Soberano de la Orden del Tosisón de Oro. Esto convertía a los en otra hora irrelevantes señores de Habsburgo en el linaje hegemónico en Centroeuropa.
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