Descripción
El Naúfrago, Fernando Martínez Laínez
Título: El Naúfrago
Formato: Bolsillo
Editor: S.A. Ediciones B (Bolsillo)
Idioma: Español
ISBN: 9788490704370
13,95 €
La épica historia de un náufrago de la Gran Armada. A finales del siglo XVI España emprende una ambiciosa campaña naval contra Inglaterra, englobada en la primera guerra global (entre España e Inglaterra por tierra y mar). Una guerra que le costó a Inglaterra quedar fuera de la escena internacional durante mas de 20 años por enfrentarse de manera directa contra España.
Entre espías, monarcas, jefes militares, consejeros y rebeldes irlandeses, en un desfile histórico en el que aparecerán todos los personajes y las intrigas de la alta política del momento, comprenderemos la razón de ser de la Gran Armada. Y así llegaremos hasta el capitán Francisco de Cuéllar y su extraordinaria aventura. Tras el naufragio de su barco, destrozado por los vientos y el oleaje contra la costa irlandesa en el otoño de 1588, emprendió una marcha en solitario por el interior de Irlanda. Fue un intento desesperado para escapar de la muerte segura que le esperaba si era capturado, como ocurrió con otros muchos náufragos españoles de la expedición, asesinados y desvalijados en cuanto pisaron tierra firme.
El Naúfrago, Fernando Martínez Laínez
Título: El Naúfrago
Formato: Bolsillo
Editor: S.A. Ediciones B (Bolsillo)
Idioma: Español
ISBN: 9788490704370
Peso | 0,468 kg |
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Dimensiones | 14 × 3,2 × 21,5 cm |
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Fue el guerrero más noble, más generoso y más puro que haya pisado la tierra. Sus enemigos lo honraron y alabaron con el sobrenombre de Grande, que muy pocos han merecido en la historia. Nació y se crió entre soldados, y la primera vez que aparece en la historia peleaba espada en mano para defender el honor y las vidas de unos judíos conversos. Quiso ser monje, pero el abad lo rechazó porque no era ese su destino. Fue adalid de la frontera y capitán de lanzas en la guerra de Granada. Mandaba y combatía a pie y a caballo, y siempre protegió a sus hombres. Escaló el primero una muralla y estuvo peleando agarrado a una almena. Su buen hacer atrajo la atención de los Reyes que después llevaron nombre de Católicos, que le brindaron su amistad y confianza. El rey Fernando le dio el mando de un cuerpo expedicionario muy pequeño, el primero que salía de España en muchos años, y con él expulsó a los franceses del reino de Nápoles. Vino una paz ficticia, los franceses volvieron a invadir el rearme y Gonzalo volvió a echarlos. Fue amigo de sus amigos, y de sus enemigos; fiel a sus hombres, fiel a sus hombres, a su esposa y a sus reyes. Exhortó al Papa a que llevara una vida ordenada. Regaló un reino a su rey. Por lealtad a su rey renunció a ser rey, y por no servir a otra bandera rehusó las ofertas de Génova, Venecia, del Emperador y del Papa, que lo querían para mandar sus ejércitos. Fue un guerrero elfo y un general excelente. Fue el Gran Capitán.
Las tropas de Carlos V llegan a las puertas de la Roma de Clemente VII cansadas y sedientas de guerra tras un largo periplo de conquistas por Europa. Aunque el emperador no está de acuerdo, las tensiones llegarán a estallar en la Ciudad Eterna.
Año 1468. Castilla se encuentra en un momento crucial de su historia. Alfonso de Trastámara ha muerto en sospechosas circunstancias y Enrique IV se alza como rey obligando a su hermanastra Isabel, la única que podría oponerse a sus planes, a firmar la paz. Ella acepta, pues está destinada a convertirse en Isabel la Católica y sabe que las grandes partidas no se ganan en el primer movimiento.
Mientras los asuntos de la Corte mantienen al reino en vilo, el misterioso asesinato de un noble une fortuitamente a Gadea, una joven apasionada del ajedrez que esconde un oscuro pasado, y a Ruy, un cronista amante de la Historia y los libros. La peligrosa carrera a contrarreloj de ambos para descubrir al culpable se entrelaza con las conspiraciones y las guerras de la Corte de Isabel, quien bajo su mandato supo moverse como una maestra en el tablero y transformó para siempre la figura de la reina en el ajedrez.
Castelnuovo, 1539
En 1545 llega una goleta al puerto de Mesina. Lleva navegando semanas por el Mediterráneo. Son prisioneros fugados de una prisión de Estambul. En ella viajan varios supervivientes del tercio de Sarmiento, el que seis años antes defendió hasta las últimas consecuencias la plaza de Castelnuovo. Andrés, un soldado del tercio, nos contará cómo se disolvió la Santa Liga y cómo fueron abandonados a su suerte en una fortaleza rodeada por tropas otomanas, comandadas por Barbarroja que, aprovechando la situación, decide recuperarala. La relación de fuerzas es de 4000 soldados españoles por unos 64 000 otomanos, así que, sin ayuda del exterior, la única decisión es rendir la plaza o morir. Dicho de otro modo, la única opción era morir.
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