Descripción
Título: Naves negras
Autor: Carlos Canales y Miguel del Rey
ISBN: 8441441065
Nº de páginas: 115 págs
Encuadernación: Tapa Blanda
Editorial: EDAF
Lengua: CASTELLANO
22,00 €
En Oriente, donde estaban las riquezas de las legendarias islas de las especias, los reinos de Conchinchina o el casi desconocido imperio Chino, las naves españolas y portuguesas ejercieron durante siglos un dominio incontestable. «Barcos Negros» —, kurofune— fue el nombre con el que las conocieron los habitantes del Japón cuando arribaron a sus costas en el siglo XVI. Una época de esplendor, un siglo mágico abierto con el descubrimiento de la Mar del Sur —bautizado como Pacífico en 1513 por Vasco Núñez de Balboa —, ampliado con la exploración de la costa Sur de Nueva Guinea por Luis Váez de Torres, y cerrado con la localización de los principales archipiélagos de Oceanía.
Una centuria en la que el Pacífico, a pesar de los múltiples enemigos que tenía España se convirtió en un lago de su propiedad, sin que esa situación la alterara lo más mínimo cualquier incursión de los corsarios ingleses.
Lo que el lector tiene entre manos va desde el plan español para invadir China a los conflictos en Borneo, Brunei, Camboya, Japón y las islas Filipinas. Un libro de navegantes, exploradores, misioneros y guerreros.
Título: Naves negras
Autor: Carlos Canales y Miguel del Rey
ISBN: 8441441065
Nº de páginas: 115 págs
Encuadernación: Tapa Blanda
Editorial: EDAF
Lengua: CASTELLANO
Peso | 0,550 kg |
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La Conjuración de los Venecianos o la Conjura de Bedmar es el hilo argumental de esta novela. Vaya por delante que independientemente de la verdad, este hecho fue objeto de gran tratamiento propagandístico y literario, incluyéndose entre los temas de la llamada leyenda negra española. Un episodio que en España apenas se conoce, pero que en la Venecia actual está muy presente y no hay ningún pudor en sacarlo a relucir a cualquier turista que se acerque (y van muchos-muchos), echando la culpa a los españoles del complot lógicamente.
Poco importa que las investigaciones sobre el asunto apunten en otras direcciones más locales. Es por eso que incluimos esta novela en esta sección, que a la postre toma los argumentarios venecianos. A la trama no le falta de nada porque también aparece el gran Quevedo aún cuando hay muchas dudas sobre su participación. Así pues “Soportal del los malos pensamientos”:
“Soportal de los malos pensamientos nos asoma al fracasado intento español, donde Don Francisco de Quevedo ejercía de ‘maestro de espías’ del duque de Osuna, virrey de Nápoles, de hacerse, mediante un audaz golpe de mano, con el control de la República de Venecia. Mientras los esbirros de Meser Grandes, jefe de la policía secreta de la Serenísima, dirigen y alientan la caza de los españoles y sus aliados por toda la ciudad, Alvaro de Roa lucha por ponerse a salvo y Quevedo retrasa su huida para intentar lo único que ya le es posible: la venganza”
Blas de Lezo es, posiblemente, uno de los mejores, aunque más olvidado, marino de la Armada Imperial española. Destacado, sus hazañas en el mar lo demuestran, y olvidado, Inglaterra ocultó la evidencia de su mayor derrota terrestre y marítima y España no se preocupó por rescatarla y divulgarla, hasta cuando el colombiano, nacionalizado español, Pablo Victoria, la sacó a la luz pública de las sombras del olvido.
Blas de Lezo nació en Pasajes, Guipúzcoa, en 1689 y murió calumniado y olvidado en Cartagena de Indias, la Ciudad Heroica, en 1741, después de haber infringido la mayor humillación militar que nación alguna hubiese sufrido después de haberse anticipado a celebrar una victoria que le fue esquiva a la mayor armada y desembarco que han visto los tiempos hasta Normandía en 1944.
En efecto, Inglaterra, queriendo cortar la yugular de España en la ruta de Indias y apoderarse del Imperio, atacó con 180 navíos, 23.600 hombres y 3.000 piezas de artillería la plaza de Cartagena, llave de las Antillas, defendida por Blas de Lezo, quien disponía de solo 2.800 hombres, 6 navíos y 300 cañones. El asedio duró 67 días. «La otra Armada Invencible» fue derrotada por el héroe español que en la Ciudad Heroica llamaban Medio Hombre por haber perdido una pierna, un ojo y un brazo durante la Guerra de Sucesión Española entre 1700 y 1713.
Segunda entrega de la serie Capablanca que lleva por título Dos muertes, realizada por Joan Mundet, ilustrador también de la serie El capitán Alatriste.
En esta ocasión, Joan Muntada sigue malviviendo en Llacera, un pueblo del interior, en la Cataluña del siglo XVII. El recuerdo de Don Rodrigo, quién había sido su mentor, le acompaña y le ayuda a sobrevivir, hasta que se ve obligado a huir a la ciudad para escapar a un destino funesto a manos de su hermanastro Sebastià.
En Barcelona se le ofrece un mundo desconocido, nuevo, diferente al suyo, peo que sigue siendo un mundo cruel y despiadado. La muerte de un amigo desencadena otra historia trágica y retorcida en la que Joan Muntada se ve envuelto muy a su pesar.
Es excepcional en la Historia Naval del mundo que un gran marino destaque igualmente al mando de buques tan distintos como galeones y galeras, en escenarios tan difíciles como el Mediterráneo y el Atlántico y contra enemigos tan variados como temibles.
No lo es menos que brille igualmente como gran táctico y como gran estratega, como vencedor en batallas puramente navales y en operaciones anfibias, tan eficaz como subordinado y como jefe supremo, aparte de que fuera excelente diplomático y se preocupara del último de sus subordinados, hasta merecer el título de “padre de los soldados” que le dedicó Cervantes. Álvaro de Bazán reunió todas estas virtudes, por eso consideramos que su figura no tiene paralelos en la Historia.
“Brillante recuperación de la memoria de uno de los capitanes más ilustres de la Historia Naval de España y menos conocidos por el gran público.”
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